miércoles, 29 de enero de 2014

El Mae en el recuerdo

Se que algunos conocidos de mis padres les decían, cuando contaban que sus hijos estaban en el Montessori, que ese colegio era de “rojos”, como si fuera una cosa mala. El cole toscalero en el que viví una parte importante de mi infancia era un par de casas viejas, una clases chiquitas, apenas dos patios y una oficina en la que la cara de Lenin y el busto de Carlos Marx te recibían entre montañas de papeles y olor a los gatos que se paseaban gandules por todos lados, entre niños y niñas que crecían sin ser números o estadísticas, siendo personas.